lunes, 2 de junio de 2008

Herencia

Pesada niebla somos.
Corroído blasón.
Calco imperfecto de imperfectos rostros,
de torcidas lenguas,
de torpes pasos.
Herederos de la quinta y
doceava letra de un
robado, agonizante
alfabeto.
Deudores de audacias,
engaños,
infamias,
imprecaciones...
cada una con sus labios,
su mantra, discurso,
dios, demonio,
todo, nada.
Peso muerto sobre nuestras epaldas que,
fracturadas,
esperan que la memoria sea pobre,
que se borre,
para pasar la estafeta.

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