sábado, 2 de agosto de 2008

Campo de Batalla ( 1 )

Cabalga el lancero. Tras él camina una figura vestida de negro y blanco, píes descalzos, tonsura, estandarte rojo en sus manos.
La línea de desarrapados que va tras ellos es apenas un sueño que por momentos deviene en pesadilla. Son soldados de a píe, uno de ellos atesora contra su pecho un manchado lienzo que hace mucho tiempo pudo ser blanco. Otros lanceros cierran la caminata, retaguardia temerosa que nada puede hacer en este camino pedregoso no apto para las bestias que son su montura.
A muchos pasos de distancia de ellos, adelante, píes descalzos susurran silencios. Torsos desnudos mejor adaptados al clima, a las pronunciadas pendientes de los cerros, obligados guías que temen decir, confesar su desconocimiento de algunos caminos.

... pues pidieron parlamentar y les fue negado. No hay que confiar en esos seres que veneran al demonio y se nutren de nuestras carnes...

... en la planicie yacen los cuerpos, que sean alimento de los buitres...
... el río se tiñe de rojo...
... y la pequeña capilla se empieza a construír. El blanco lienzo y el rojo estandarte presiden en el improvisado altar mayor. Se oficia misa por primera vez en estos territorios.
Al caer la noche, comiendo la magra ración cerca de un fuego, hay quien dice que vio a Santiago Matamoros cabalgar por los aires en flamigera montura, conduciéndolos hacia la victoria sobre los infiéles...
... y le llamaron "La Conquistadora"...

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