martes, 30 de junio de 2009

Fragmento para Mónica

"¿Quién es la luz?

¿Hacia dónde se mueve todo?

Es aquí donde todo empieza a tomar forma... hay razones para creer que el mundo se vuelve traslúcido, que cada día se especializa en ameritar docenas de dolores para ser relevado por otro y ese relevarlo por otro...

Esa luz es una de ellas, es decir no un dolor o una razón de dolor, sino una de ellas...

Maite me recuerda a Mónica...

ellas son prácticamente lo mismo...

un calco trasatlántico...

no me podría explicar qué tan iguales son, pero si sé que no son diferentes... y Mónica es la unicidad, es la verdad cruda, es una vida pendiente de ser completamente...

no se siente realizada con la maternidad...

no se siente realizada con sus treinta años de vida y su carrera de antropóloga...

se siente alejada de sí misma al acercarse a mi.

La conocí durante una feria en la facultad... no recuerdo exactamente la fecha y ella nunca me perdonó eso, sí recuerdo que vestía de gris y que tenía un peinado alto con un copete estilo de los ochenta o algo así... los ojos verdes delineados con negro, la boca intenso rojo...

su cuerpo elástico, su piel morena clara...

sus ideas una llamarada...

sus primeras palabras hacia mi un insulto de lo más vulgar, de lo más descarado...

y la vida misma convirtiéndola en mi esposa y la madre de mis dos hijas, haciéndola saltar desde sus ideales izquierdistas hasta mi lecho de centro derecha... desde su marxismo leninismo hasta mi productividad controlada y acomodaticia... soy su verdugo... y ella quiso a caminar a la par mía... se reveló contra su familia para acercarse a mi, pero no puede revelarse contra ella misma para alejarse de mi... no nos entendemos... es más que claro... no tiene la culpa de nada, todo fue sexo y extrañarnos porque necesitábamos sexo... todo fue así... y espero que ahora entienda que ella es la luz... que es ella hacia donde se mueve todo... que por ella todo toma forma, que fue ella la que me acercó y fue a través de ella que entendí que debía alejarme..."

Carta

"...entonces será así. Las niñas están bien. Te extrañan aunque no lo digan. Se van acostumbrando a no verte cerca. Es extraño verlas hacer su vida sin aferrarse a alguien que no está. Yo quisiera ser como ellas y poder dejar de pensarte. Pero todo me recuerda tu ausencia. Voy a vender la casa, me iré con las niñas a Guadalajara. Tal vez allá pueda rehacer esto que quiero llamar vida y no lo será mientras me quede acá en esta casa. Mi madre viene casi a diario a retarme y decirme que me ponga a hacer algo, que ocupe mi tiempo en otras cosas, que no vale la pena deprimirme y marchitarme por alguien que un día tomó un camino diferente al mío, al nuestro.
El otro día las niñas hicieron un pastel. Un poco gomoso en unas partes y duro en otras. Lo cubrieron con glaseado y escribieron mi nombre en él. Nos reímos mucho mientras intentábamos rebanarlo. Ellas mismas sabían que estaba mal hecho, pero querían sorprenderme. Comimos una rebanada cada una. De pronto se pusieron a destruir los restos del pastel, buscaban en sus restos algo y no querían decirme qué era. Luego preguntaban si había notado algo en la rebanada que yo comí... supuse que su pastel era una especie de roscón de Reyes y habían puesto en su interior una figurita para obligarme a hacer algo si yo lo encontraba. Como no fue así se pusieron frenéticamente a buscar... destruyeron lo que quedaba del pastel y yo empecé a sentirme ansiosa, con ganas de llorar viendo su actitud... estaban serias, afanadas en destruir más que en buscar... no encontraban nada y se inculpaban mutuamente diciendo que una de ellas se había tragado la cosa, el objeto, el misterio. No encontraban nada y empezaron a enojarse, a llorar... yo no podía decir nada... me hundía en la silla, mis manos cada vez cubrían más mi rostro, me mordía los labios y de pronto empecé a sangrar, ni siquiera me había dado cuenta si no es por el sabor salado y tibio que en mi boca reventó...
¿Por qué te cuento todo esto? Ni siquiera te importará...
¿Te dije ya que venderé la casa? ¿Te dije ya que me voy a Guadalajara? ¿Te dije ya que mi madre me hostiga a diario y que las niñas son un cardo, verde, creciendo, pero un cardo al fin?
Tengo las manos con ganas de callar y será mejor que las complazca.
¿Te dije ya que te extraño?

Mónica"

domingo, 21 de junio de 2009

Ojos

Casualidades, dirán.
Sus ojos
se enfrentaron
aquella noche
de ancianas insignias.
Ni los sueños
ni las lunas
estaban presentes.
Hablar
era un síntoma
de vanidad.
Creer era eso vedado,
hacia allí se dirigió la mano,
desde allí creció el deseo.

lunes, 1 de junio de 2009

Manos como pájaros

Tengo otras manos
que fueron calladas.
Esas que
ahora
surgen
desde sus muñones
para revivir
frente a un espejo
que no es el mío, el propio.

Calzan el vendaje de lo sangrante,
las señales del corte preciso
que las separó del torso aquel
que soñó con velamen y quillas
surcando hacia horizontes
sonrientes.

Estas manos nuevas
se tienden
desde la imagen perdida
y tocan,
abrazan,
acarician lo venidero.
Vuelan cual pájaros
hacia un sur
que también renace
de sus trabajos truncos,
de una primavera vedada.

Y tus manos son mis manos.
¿Y tus manos tocarán mis manos?